Que no, que no, Choo San no es ningún monstruo.
Esta chica de 19 años, ya se empieza a abrir un espacio en el arte japonés debido
al innegable e impresionante realismo de sus obras. La joven, estudiante
de arte en la universidad de Musashino, en Tokio, empezó pintándose la
palma de las manos mientras atendía sus otras clases y decidió perfeccionar esa técnica.
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